Origen De Las Mascaradas

La mascarada tradicional costarricense 

Es una tradición popular de Costa Rica que tiene raíces y que en la actualidad continúa muy vigente. Su origen parece ser producto de prácticas festivas coloniales y amerindias, se encuentra relacionada con la festividad española de los gigantes y cabezudos, con influencias de comunidades indígenas autóctonas, lo que le da a su origen un carácter pluricultural y sincrético.



Los distintos personajes representados en las mascarada reciben nombres como la giganta, el diablo y muchos más, se caracterizan por pasearse por las calles de los pueblos, instituciones, turnos o durante las diversas festividades populares o religiosas, persiguiendo a los participantes, bailando al son de música de cimarrona y acompañados de fuegos artificiales. En 1997, se declaró al 31 de octubre el Día Nacional de la Mascarada Tradicional Costarricense.



Primeras Mascaradas Costarricenses

La primera mascarada como tal nace en Cartago durante las celebraciones en honor a la Virgen de los Ángeles, Patrona de Costa Rica, el 2 de agosto de 1824.  Rafael Valerín conocido como "lito" era un artesano de la zona, quién desarrolló a la primera Giganta: máscara sobre un armazón de madera para darle la sensación de gran tamaño.

 “Lito” Valerín un día en el templo católico, encontró un baúl, en dónde habían unas máscaras de cabezas de origen español. Por temor a ser visto, cerró dicho objeto. Sin embargo, en una esquina del lugar en la que se encontraba, vio otra de esas cabezas e interpretó esto como un mensaje de la Virgen, con esa cabeza hizo un cuerpo con un armazón de madera y así confeccionó una “Giganta”. Luego de eso combinó su técnica para elaborar máscaras a base de papel desechable, engrudo y cedazo, con la tradición de los “Mantudos”: personas que se envolvían en mantas de colores con agujeros para los ojos y nariz. Rafael confeccionó de este modo varias máscaras y gigantas que eran utilizados en las festividades religiosas de la zona. Su hijo, Jesús Valerín, preservó la tradición y dedicó su vida a la fabricación profesional de mascaradas, modeladas con arcilla, papel, yeso y alambre.  A partir de 1910, con el terremoto de Cartago, desaparecieron las mascaradas. En 1912, para levantar los ánimos a raíz de dicho fenómeno, Jesús Valerín organizó el primer carnaval en Cartago con todas las máscaras que poseía. Luego, con esa mascarada se hicieron las fiestas  en la plaza de la Basílica y en la iglesia en el barrio Asís de Cartago.

 En su vejez y como acto de preservación de las mascaradas, Jesús Valerín les vendió los moldes a los hermanos Pedro y Manuel Freer, quienes conservaron la tradición y la llevaron por primera vez a las fiestas de San José, en Zapote.

De ahí surgen otros artesanos que se dedican al arte de la confección de mascaradas y las llevan a diversas zonas del país.
















 

Tradiciones indígenas precolombinas:

Antes de la llegada de los españoles al territorio de Costa Rica en el siglo XVI, los pueblos aborígenes contaban con algunas tradiciones que incluían la elaboración y utilización de máscaras, la más destacada de estas tradiciones, que ha llegado hasta la actualidad, es el juego de los diablitos Boruca. Esta fiesta de raíces indígenas, celebrada por el pueblo boruca posiblemente desde una época previa a la Conquista, involucra la elaboración de máscaras a base de madera de bolsa, con las cuáles los participantes del juego de los diablitos se disfrazan para la celebración, que se lleva a cabo entre el 31 de diciembre y el 2 de enero de cada año. En las excavaciones arqueológicas realizadas en la zona sur de Costa Rica, dónde se asentaron los reinos borucas, es frecuente el hallazgo de piezas de oro que representan personajes enmascarados, así como danzantes y músicos. Tras la conquista, se agregó un nuevo elemento, el toro, personaje que representa al conquistador español.



Máscara precolombina de oro.
Máscara precolombina de oro.

Se considera a los parlampanes como los antecesores inmediatos a la mascarada tradicional como se conoce actualmente. Los parlampanes eran grupos de vecinos de condición generalmente humilde, los cuáles se disfrazaban con trajes ridículos que utilizaban máscaras representando animales. Durante la época colonial, en la ciudad de Cartago, antes del inicio de las corridas de toros durante las festividades populares o religiosas, los parlampanes salían a bailar y corretear al público asistente.

En la Colonia, las máscaras eran fabricadas de papel maché, en ellas, se presentaba un sincretismo religioso con influencias españolas, indígenas y africanas. Los asistentes se vestían con mantas (de donde proviene el término “mantudo”), a las que hacían agujeros para los ojos, la nariz y la boca, sobre la cual se colocaban las máscaras.


 

Autora: Keilyn Arias Luna 


 Referencias:

https://www.periodicomensaje.com/cultura/5789-en-el-dia-nacional-de-la-mascarada-de-costa-rica-conozca-su-historia

https://www.wikiwand.com/es/Mascarada_tradicional_costarricense



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